Conocimos Bilbao por primera vez en 2009. Ese era nuestro primer viaje a Europa y como teníamos el presupuesto muy MUY reducido elegimos las ciudades de acuerdo a dónde teníamos familiares para hospedarnos.
Casi toda la familia paterna de Germán es de Vizcaya, asi que su capital encontró lugar en nuestro itinerario.
Jamás nos imaginamos que se iba a convertir en una de nuestras ciudades favoritas de España. Este fin de semana nos escapamos para disfrutarla por 48 horas. Te cuento nuestros imprescindibles y algunos secretos.
Bilbao supo ser en sus comienzos un puerto muy importante de España y una zona fabril próspera. Estas actividades hicieron que su paisaje estuviese caracterizado por la polución y el tizne cubriera los edificios de estilo barroco-francés.
Sin embargo, a partir de la crisis industrial de 1980, la ciudad se vió obligada a reinventarse. Fue asi que se iniciaron tareas de saneamiento de la Ría, relocación de fábricas y re-urbanización con el fin de convertirla en una zona turística.
El apogeo llegó, sin dudas, con la inauguración del Museo Guggenheim en 1997.
Obra del arquitecto Frank Gehry, esta mole espectacular recubierta de placas de titanio, contrasta con el paisaje urbano tradicional.
Creo que uno de los puntos más sobresalientes del museo es que uno puede disfrutarlo aún sin pagar entrada. No sólo porque el edificio es una obra en si misma, sino porque desde el exterior uno puede disfrutar de algunas obras como el perro gigante «Puppy» y la instalación «Tulipanes» de Jeff Koons, la araña de hierro «Maman» de Louis Bourgeois o el «Gran árbol y el ojo» de Kapoor.
Pero Bilbao es mucho más que el Guggenheim.
La capital de País Vasco esconde muchos rincones que no tienen nada que envidiarle a otras grandes urbes. Por eso decidimos visitarla nuevamente el fin de semana pasado y en los próximos párrafos les voy a contar nuestro recorrido.
Llegada
Salimos de Madrid el jueves a las 4pm, en coche. Hicimos una parada cerca de Lerma para cargar combustible y tomar un café.
Llegamos a Bilbao a las 8.30h. Esta vez nos hospedamos en el Hotel Ibis Centro (Calle General Concha 28, Bilbao). Fue una elección muy acertada ya que la ubicación y el precio son convenientes.
Dejamos las valijas y salimos a comer algo por el casco viejo.
Lo típico de Bizcaia son los pintxos (lo que en otras partes de España conocemos como «tapas»). Son bocados deliciosos montados sobre un pan. Lo tradicional es ir de bar en bar probando la especialidad de cada casa.
A nosotros no nos dio el tiempo para hacer recorrido porque las cocinas suelen cerrar temprano (entre las 22 y las 23), pero por suerte pudimos probar el Pintxo talibán en la Taberna Ardibeltz y el pulpo a la brasa en Gure Toki. Todo acompañado de unas buenas copas de Txacoli (vino blanco de la zona). Ambas opciones MUY recomendables!
Día 1. Viernes
Nos levantamos sin prisa (10h) y salimos en busca del desayuno. A la vuelta del hotel encontramos un bar chiquito que ofrecía café con bollería a 2,9 euros. No estaba mal, pero tampoco amerita una recomendación particular, por eso no les dejo el dato.
Justo en la esquina, se encontraba el centro cultural Azkuna Zentroa (o La Alhóndiga). Es un antiguo almacén de vinos que estuvo abandonado muchos años. Había proyectos para ponerlo en valor, pero nunca prosperaban hasta que después de la inauguración del Guggenheim y viendo que la ciudad cobraba protagonismo en la escena cultural europea, aparecieron los fondos. Hasta Philippe Starck estuvo involucrado en parte del diseño!
El edificio es impresionante. De estilo industrial, llama la atención las enormes columnas internas que lo sostienen. Todas son distintas y cada una tiene un trabajo ornamental admirable.
En la segunda y tercera planta hay oficinas, un gimnasio y la biblioteca pública, que cuenta con zonas infantiles, mediateca, área de comics y de diseño. Muy recomendable!
En la planta baja funciona una radio, hay tiendas de diseño y restaurantes.
La perlita? El Hola Bar, donde sirven un café buenísimo y varias opciones para desayuno o almuerzo ligero. Fue un hallazgo y se convirtió en nuestro elegido para desayunar los días subsiguientes.
Tras tomar la segunda colación del día, caminamos hasta el barrio Irala, conocido como el Nothing Hill de Bilbao.
Debo confesar que pensé que estas construcciones correspondían a algún asentamiento inglés (Bilbao tenía estrechos lazos comerciales con Inglaterra por el hierro), pero no.
Resulta que fue un panadero (Juan Irala) quien mandó a construir estas viviendas para los empleados de su fábrica, convirtiendo estas calles en un pedacito de Londres.
Después de hacer las fotos pertinentes, iba siendo hora de un aperitivo. 🙂
Decidimos volver al casco viejo, pero había demasiada gente. Seguimos camino pasando por el Ayuntamiento, bordeando el Guggenheim hasta que nos topamos con una zona llena de barcitos en la Plaza Campuzano.
Nuestro elegido fue el Café Estoril, donde probamos el mejor pintxo de bacalo pil pil. Tan tan rico, que Pedrito y yo repetimos (no olviden que coequiper es vegetariano, así que su dieta se limita a tortilla de patatas y queso, jajajaj)
Con la panza llena volvimos al hotel para buscar el coche e ir rumbo a Basauri (el pueblo de al lado) donde nos esperaban unos primos para merendar, charlar y cenar!
Día 2. Sábado
Esa mañana Ger había quedado con un primo para ir a pedalear a Guriezo, asi que Pedrito y yo hicimos plan solos.
Desayunamos en el Hola Bar (en el Azkuna) y confirmé que me encanta el edificio en general (y ese lugar en particular)!
Luego fuimos a recorrer las «7 calles«. Asi se lo conoce al casco viejo, ya que ese fue el número de calles originales de la ciudad. Es tan laberíntica que por momentos uno siente que se encuentra en un zoco. Imposible no sentirse encantado por los edificios antiguos, la Fuente del perro, la Catedral de Santiago (s XIV) y el bullicio de la Plaza Nueva.
La caminata nos llevó hasta el Mercado de la Ribera, el más antiguo de Bilbao y que cuenta con protección de patrimonio histórico. Tiene un sector de abasto y otro de gastronomía.
Aprovechamos que había un sol radiante y compramos unos pintxos con sangría (para mi) para hacer picnic al costado de la Ría.
Eran las 15h aprox cuando nos llega el mensaje de Ger que estaba de regreso. Asi que aprovechamos para seguir en el mercado y hacer una segunda ronda
:))
Ya los tres juntos caminamos bordeando toda la costa de la Ría hacia el Guggenheim, por el Paseo Uribitarte. Es un recorrido muy ameno, con algunas cafeterías, esculturas y artistas callejeros. También es una buena opción para fotografiar el mercado junto a la Iglesia de San Antón (que es preciosa).
Llegando al museo, nos encontramos con una obra que llama la atención: Las Sirgueras, en homenaje a las mujeres trabajadoras del puerto.
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Las sirgueras se encargaban de acarrear los barcos a la costa, provistas de sogas. Dicen que era más «económico» que usar burros para dicha tarea. Qué indignante!
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El atardecer regala unas imágenes hermosas desde cualquier puente, pero si tienen que elegir uno les recomiendo que suban al puente de La Salve (el rojo). Van a conseguir unas fotos increíbles del museo y la Ría.
Terminamos el día haciendo recorrido de bares con los primos por la zona de Abando (cerca de la Gran Via de Bilbao)
Empezamos en el Bar El Globo donde comimos unos pintxos de cangrejo gratinado y chipirones en su tinta espectaculares!
Finalizamos el recorrido en El Figón degustando unos pintxos de setas muy buenos!
Asi cerramos un fin de semana a puro disfrute en tierras vascas.
El domingo nos despedimos de Bilbao temprano y pasamos por Castro Urdiales para saludar el Cantábrico. Pero esa escapada (dentro de la escapada) la dejo para otro post. Mientras tanto pueden ver un adelanto acá 😉
Espero haberles contagiado las ganas de visitar Bilbao, una ciudad que ha sabido transformarse sin perder su esencia (ni sus sabores).
Hasta la próxima entrada! Abajo les dejo los datos de los lugares mencionados y un videito resumen! Pueden suscribirse al canal de Youtube que me ayudan un montón! 🙂
Siempre
Marina
MIS FAVORITOS PARA COMER/BEBER:
• Hola Bar (en la planta baja del Azkuna Zentroa). Fue nuestro elegido para desayunar todos los días. Muy buen café y precios super ajustados
• Taberna Ardibeltz (Barrenkale Barrena, 18): espectacular el pintxo Talibán (3,75 euros). Una gamba rebozada con cebollin y huevo duro. Yo lo acompañé con una copa de Txacolí de Getaria (2 euros).
• Gure Toki (Pl. Nueva, 12): elegimos el pulpo a la brasa (4,20 euro) y la ración de rabas (6,7 euro). De postre tomamos la tarta de manzanas. Todo exquisito!
• Café Estoril (Plaza Campuzano, 3): me ENCANTO este bar. Probamos varios pintxos, todos buenisimos y en un rango de 2 a 2,7 euros. El favorito: bacalao pilpil.
• Bar El Globo (Diputazio Kalea, 8): Probamos el pintxo de tortilla, el de cangrejo gratinado y el de chipirones en su tinta. Todos muy muy sabrosos. Cada uno 2 euros.
• Mercado de la Ribera (Erribera Kalea, s/n): Es una excelente opción para picar a cualquier hora del día. Nosotros compramos pintxos en La Vermuteka y en Arambarri (ambos muy buenos y con precios similares -2 euros el pintxo). Se puede comer en las mesas comunitarias o en la terraza, viendo la Ria.
Estoy fascinada con estos diarios de viaje. Vamos en septiembre y guardo todo. Gracias!
Ay Carol! que feliz me hace que te gusten mis crónicas y te resulten útiles! Ojalá se enamoren tanto de Bilbao como yo! 😉
Muchas gracias Marina! Vamos muy pronto a Bilbao y me encantan tus recomendaciones!!! Me fue muy, muy útil, una genia!!! 🙏🏻🙏🏿🙏🏽😍😍😍
Qué alegría tan grande Alicia! Espero que disfrutes muchisimo de Bilbao 🧡
Agendado para mi próximo Eurotrip 🖤 te encargo San Sebastián 🌚
San Sebastian conozco de pasadita nomás, asi que sus deseos son ordenes. Creo que nos vamos a hacer una escapada para el norte en el verano. Despues te cuento.
BTW: Te va a encantar Bilbao!